En el verano del año 2000 aterriza en Telefónica, procedente de Altadis –la fusión de Tabacalera con la francesa Seita- un nuevo presidente que sería el más longevo de las últimas décadas. César Alierta, zaragozano, abogado, con un máster en Administración de Negocios por la Universidad de Columbia de Nueva York, y experto en mercados, dejaría una impronta en la compañía y todo el sector por su forma de entender la relación entre los distintos agentes del mundo digital. Durante su presidencia, Telefónica exploró mercados como China o Israel, recuperó la remuneración en efectivo para los accionistas y se convirtió en un operador relevante en los mercados británico y alemán con la compra de O2, la gran operación corporativa de los primeros años 2000.
Telefónica comienza este siglo con un gran cambio de modelo, poniendo en marcha la “Operación Verónica”. Perseguíamos el control del 100% de las acciones de Telefónica Argentina, Telesp (en Brasil) y Telefónica del Perú mediante una Oferta Pública de Adquisición de acciones. A través de eventos itinerantes (“road shows”) en diferentes países con los accionistas, que fueron un éxito, Telefónica consigue su objetivo. La operación permitió en el año 2000 crear la empresa Telefónica Móviles SA que agruparía todas las operaciones móviles en Latinoamérica, a excepción de Chile y Puerto Rico. Protagonista de los principales movimientos de crecimiento internacional en esta etapa, salió a cotizar este mismo año a las Bolsas de Madrid y Nueva York, y consiguió estar entre los diez mayores grupos del mundo por volumen de clientes.
Y llegó a Europa la nueva generación móvil, el 3G, que superaba con creces las limitaciones de transmisión de datos del GSM. El sector móvil, con su espectacular crecimiento, desató la codicia. Los estados europeos que tenían que conceder las nuevas licencias a través de subastas vieron el cielo abierto para recaudar y las operadoras, incluso con socios de todos los sectores, entraron al trapo para no quedarse fuera de este goloso mercado. En el año 2000 Telefónica se adjudica licencias en España, Alemania, Italia, Austria y Suiza, a precios altísimos (en total, en Europa, hubo una transferencia de más de 150.000 millones de euros del sector privado al público, la mayor en la historia fuera de los procesos de impuestos), lo que provocó una crisis de calado en este continente. Dos años más tarde, en 2002, de forma valiente y transparente, Telefónica da un paso al frente y sale finalmente de todas las operaciones 3G fuera de España. Las cuentas de ese año reflejaban, por esta decisión, las primeras pérdidas de beneficios de la compañía en toda su historia. Esta crisis trajo buenos aprendizajes y evitó volver a cometer este tipo de errores en las futuras evoluciones tecnológicas.
Otra etapa en el proceso de liberalización comienza en 2000, con la apertura del bucle local a la competencia en noviembre, para que puedan ofrecer a sus clientes llamadas telefónicas locales. Esto obligará a los usuarios, en una primera fase, hasta 2001, a marcar el prefijo del operador elegido. Además, tras la aprobación por parte del Gobierno en el mes de junio de una tarifa plana de Internet de 2.750 pesetas (algo menos de 18 euros) al mes para el operador dominante, comenzamos a ofrecer este año a nuestros clientes esta tarifa plana, con dos tipos de bonos, por 700 pesetas mensuales (4,2 euros), acceso a 600 minutos del servicio de voz y datos. Sin ningún tipo de restricción horaria, el precio se elevaba hasta las 1.400 pesetas (8,4 euros).
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