En plena posguerra en España y con Europa azotada por la Segunda Guerra Mundial, la situación de crisis social y financiera es generalizada. La CTNE en su afán de proteger su valor más destacado, las personas, continúa como en años anteriores realizando cuatro gratificaciones trimestrales a la plantilla en concepto de carestía de la vida, a las que en 1943 suma una gratificación extra equivalente a media mensualidad. A ello hay que añadir el pago del subsidio familiar y de vejez, el seguro de maternidad y la cuota sindical.
Tras la aprobación por parte del consejo de una ampliación de capital de acciones ordinarias en 400.000 pesetas (cerca de 2.500 euros), las finanzas de la compañía comienzan a estabilizarse y puede empezar a hacer frente a las necesidades de inversión en redes y plantas telefónicas. Así, se inicia una nueva ruta por cable subterráneo hacia Andalucía comenzando el tramo entre Madrid y Pinto. Las relaciones entre la empresa y sus abonados por los servicios prestados se mantienen satisfactorias mejorando en todos sus aspectos, y el cobro por los servicios prestados alcanza los mejores resultados en la historia de la compañía alcanzando los casi 194 millones de pesetas (más de 32 millones de euros).
Desde el arranque de la CTNE existió la llamada Lista de Abonados al Teléfono, es decir, la guía telefónica, que comenzó a denominarse así a mediados de los años 30. Con el aumento del número de abonados, estas guías iban adaptándose en tamaño y formato, y se repartían en cada provincia para facilitar la consulta de números de teléfono. Primero fueron más pequeñas, del tamaño de una cuartilla. Es en 1943 cuando se normaliza la edición regular de estas guías telefónicas, cambian al tamaño de un folio, se mejora su formato y se logra una mayor exactitud en los datos recogidos.
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