En la primavera de 1931, los partidos republicanos salieron victoriosos, Alfonso XIII pasa al exilio y se proclama la Segunda República. El nuevo ministro de Comunicaciones del Gobierno Provisional, Diego Martínez Barrio, promueve un proyecto de ley que declara “ilegal y nula la adjudicación de la reorganización, reforma y ampliación del servicio telefónico hecha (…) a la CTNE. La anulación del acto jurídico de 1924 debía conducir a la expropiación, calificada como de utilidad pública, de la red telefónica, que de modo provisional se proponía intervenir para garantizar la continuidad del servicio”. Tras este anunció, llegó un tiempo de incertidumbre, inquietud, debates, críticas y reuniones… que acabará resolviendo, felizmente, en diciembre de 1932, momento en el que revalidamos el contrato con el Estado.
Un hecho destacado de este año fue la puesta en marcha del servicio del enlace radiotelefónico entre Madrid y Tenerife. Esta isla estaba a su vez conectada, a través de cable submarino, con Gran Canaria. Así, las Canarias están ya plenamente conectadas con la península y el resto del mundo. Idéntica solución se pondría en marcha con las Islas Baleares, con la automatización telefónica de Palma de Mallorca.
El prestigio de la Escuela de Empalmadores de la CNTE traspasa nuestras fronteras. En 1931, ITT consigue la concesión del servicio telefónico de Shanghai (China), lo que implicaba soterrar los cables para la implantación del servicio automático. Como España era un referente mundial, se pidieron voluntarios y nueve empalmadores españoles dieron un paso al frente y viajaron a China para esta misión. Lo mismo hicieron otros cinco empalmadores poco después, cuando ITT consiguió la concesión del servicio telefónico en Bulgaria ese año. Experiencias que no solo muestran la alta capacidad técnica sino también el espíritu aventurero y valiente de estos voluntarios.
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