El año 1995 es fundamental en las telecomunicaciones de España, es el año en el que estallan a la vez la revolución de Internet y los móviles, y Telefónica va a ser protagonista de ambas. El impacto en nuestras vidas no puede ser mayor, dos imprescindibles de nuestro día a día, tanto en el ámbito personal como en el laboral. Cada uno de ellos merece su espacio dedicado.
A finales de 1995 Telefónica Móviles empieza a operar (en competencia con Airtel) con la tecnología GSM, el primer sistema móvil digital, al que se conocía popularmente como 2G. La tecnología GSM mejoró la calidad de comunicación, trajo los SMS y las tarjetas SIM que permitían la personalización; la identificación del número que llama, la itinerancia en otros países, entre otras grandes novedades. El lanzamiento comercial tiene lugar en septiembre y lo hacemos estrenando marca: Movistar, que damos a conocer en una gran campaña publicitaria, ‘Ha nacido una estrella’, consiguiendo un crecimiento sin precedentes, en un año rozamos el millón de clientes. Esta marca fresca, joven, fue cogiendo presencia y fuerza y quince años después acabaría siendo la marca de todos los productos de Telefónica tanto en España y en Latinoamérica, excepto Brasil.
Internet es la segunda gran revolución de 1995, ese milagro tecnológico por el que millones de redes físicas heterogéneas que la componen funcionen, desde el punto de vista del usuario, como si fueran una única red mundial. En este nuevo mundo, Telefónica lanza InfoVía, un nuevo servicio que constituye “nuestra apuesta estratégica para el acceso a las autopistas de la información”. La novedad transformadora de InfoVía era que con solo marcar el 055 los usuarios de la red telefónica, utilizando un modem, podían acceder a su proveedor de acceso a Internet (ISP) al precio de una llamada urbana, fuese cual fuese la ubicación geográfica. El nuevo servicio fue muy bien recibido y un año después, en 1996, ya había 215.000 usuarios conectados a InfoVía. En los siguientes años, con Infovía Plus, el servicio evolucionó y mejoró velocidades y equipos, después lo haría con las líneas RDSI (Red Digital de Servicios Integrados).
Antes de la popularización del ADSL hubo otro tipo de conexión que ya permitía acceder a Internet sin interferir con el tráfico de voz. Se había comenzado a experimentar unos años atrás y por fin era una realidad. La Red Digital de Servicios Integrados, RDSI, tuvo en 1993 sus primeros clientes y anticipaba el tipo de protocolo necesario para el mundo digital. Pero en este año, 1995, nos esforzamos en potenciar las aplicaciones y habilitamos el acceso desde todas las provincias de España. Con velocidades de 128 kbps -revolucionarias entonces, ampliamente superadas hoy-, la RDSI permitía conectar centralitas a un mismo teléfono, con hasta tres líneas distintas, de voz o de fax. Una revolución. Después, el propio ADSL y otras tecnologías superarían las prestaciones de la RDSI, que quedó reservada a servicios muy específicos para empresas.
Otro gran hito ocurre este año cuando el gobierno decide desprenderse del 12% de capital de Telefónica. La Oferta Pública de Venta, que tuvo lugar en octubre, fue un éxito total: 52 millones de acciones se colocaron en el mercado nacional y el resto en las principales bolsas internacionales. Y un 8% de las acciones privatizadas se dirigió a los empleados de Telefónica, en condiciones preferentes. El Estado conservaría, durante otros dos años, el 20% restante.
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