En 1972 habíamos iniciado negociaciones de cara a una colaboración con la Compañía Anónima Nacional de Teléfonos de Venezuela (CANTV) y comenzó una serie de intercambios de informaciones y experiencias, que desembocó en 1977 con la firma de un acuerdo definitivo y complementario para la construcción, tendido y puesta en servicio del sistema de cable submarino COLUMBUS-1 entre Venezuela y España a través del Atlántico medio. El nuevo cable, con una longitud de 6.012 kilómetros, 503 repetidores y 1.840 canales, se inauguró el 12 de octubre. Este cable, unido a la puesta en servicio del enlace de onda corta Bolivia-España posibilitó tener circuitos directos con todos los países latinoamericanos salvo Honduras.
El año 1977 es un año económicamente no tan fácil, con un hito histórico, el 15 de junio de 1977 se celebran las primeras elecciones libres y democráticas desde la Segunda República. En este contexto, Telefónica avanza con sus planes de despliegue a buen ritmo, poniendo foco en la automatización, tanto de la planta telefónica como del servicio. A diciembre de 1977, eran automáticas ya el 95% de las líneas telefónicas. Destaca este año también el Plan de Automatización Rural, que implica un esfuerzo extra para los próximos años.
Telefónica fue pionera en un sistema de telefonía móvil en Europa, que todavía no era celular, la Telefonía Automática en Vehículos (TAV). Trabajaba en la banda de frecuencias de 200 MHz y no se podía sacar del coche, incluía unos terminales pesados “empotrados” en el maletero de los vehículos, conectados a una antena exterior y un equipo de microteléfono con disco o teclado para marcar situado en el reposabrazos. Implantada tres años antes, en 1977, la TAV ya daba servicio a unos 400 abonados, la mayor parte en vehículos de altos cargos del Gobierno y de Telefónica.
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