1960 es un año especial, marca el inicio de una etapa expansiva y de grandes cambios sociales en el mundo. Y en España se produciría un cambio relevante también. Las bases estaban puestas con el Plan de Estabilización del Gobierno, un año antes, que significaba una apuesta por el mercado, la liberalización progresiva del comercio y la apertura al mundo, que pronto se pudo sentir el impacto: un fuerte crecimiento económico año tras año. En este contexto la penetración del teléfono en la sociedad española seguía su avance imparable. En la memoria de 1960 se destacan “las centralitas de barriada, que están constituyendo un verdadero éxito (…) permiten en los grandes núcleos de población que se construyen en los alrededores de las ciudades más importantes, un comunicación urbana, fácil, rápida y perfecta”. Durante este año se instalaron casi 210.000 teléfonos, cifra que, descontadas las bajas de dicho período, representa un aumento en el año de más 150.000 teléfonos, la más alta alcanzada hasta ahora. En el mes de septiembre los números en Madrid pasan a tener siete cifras; mientras que establecemos servicio telefónico, a 31 de diciembre, con 114 países internacionales. El capital de la compañía llega a los 10.500 millones de pesetas (63.106.271 euros) y la última emisión de acciones, por casi 1.500 millones de pesetas (9 millones de euros), es un rotundo éxito en el mercado de valores. Por último, la publicidad de Telefónica da un giro este año y muestra lo que significa tener o no tener teléfono. En los anuncios de esta época, podemos leer: "Un hombre sin teléfono es un pobre hombre".
En 1960 entra a formar parte del Consejo de Administración Gervasio Collar, presidente del Banco de Bilbao, sustituyendo al Excmo. Sr. Conde de Arteche, fallecido ese año. Con él, todos los grandes bancos españoles de la época están representados en el Consejo de la CTNE. Y en concreto este, el Banco de Bilbao, origen del BBVA, será un banco de referencia y apoyo para Telefónica a lo largo de los años.
Además de la Institución Telefónica de Previsión y del seguro colectivo, Telefónica, atenta siempre a las necesidades de sus empleados -”servicios asistenciales en beneficio del personal”, los llamaba en su Memoria anual, tenía vigente en estos años un plan de viviendas de nueva construcción para quienes más las necesitaban. El de la vivienda era aún un problema acuciante en España, y la compañía entregó en 1960 hasta 137 pisos de nueva construcción, y ayudó financieramente a otros 278 empleados para que pudieran adquirir una casa, los casos de más urgencia. Además, 322 hijos de empleados obtuvieron becas para continuar sus estudios.
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