En este artículo, examinamos cuatro aspectos clave que influyen la innovación en Telefónica: la hiperconectividad, la inteligencia artificial, la sostenibilidad y el fairness. Estos factores están interrelacionados y afectan el uno al otro, creando un entorno complejo y cambiante que necesita un análisis cuidadoso y acción responsable. Los avances que definirán nuestro futuro se determinarán por cómo interactúan estos factores en los próximos 100 años.
La hiperconectividad describe un futuro en el que cada componente del mundo puede comunicarse de manera eficaz con todos los demás. Esta comunicación puede ser pasiva, ofreciendo información en tiempo real sobre el entorno en el que estos elementos existen, o activa, creando no solo información, sino también presentando nuevas formas de acción. Esto significa que las personas, los objetos, los datos, los procesos y los servicios estarán vinculados por redes digitales, creando un entorno adaptable e inteligente. La hiperconectividad mejora el acceso e intercambio de información, el aprendizaje conjunto, la participación cívica, la co-creación de valor y el aumento de la eficiencia y la productividad. Se prevé que tendrá un impacto significativo en áreas como la salud, la gestión de infraestructuras (energía, transporte, seguridad, etc.), y los entornos productivos (agricultura, industria y servicios, especialmente en el turismo). Aun así, nuestra perspectiva actual es limitada y es posible que surjan nuevas disciplinas que actualmente solo existen en teoría o en el ámbito de la fantasía y la ciencia ficción. Sin embargo, también plantea retos y riesgos, como la brecha digital, la ciberseguridad, la privacidad, la adicción, la sobrecarga de información y la deshumanización.
La inteligencia artificial se refiere al aumento de la autonomía de los sistemas digitales para igualar o incluso superar las habilidades humanas en la realización de tareas, actualmente especializadas y gradualmente más generales. La IA se beneficia del conocimiento preciso que obtiene al desarrollarse en un mundo hiperconectado, mejorando así nuestras vidas y la forma en que interactuamos con nuestro entorno. La inteligencia artificial permite el desarrollo de máquinas y algoritmos con la capacidad de aprender, razonar, tomar decisiones y actuar de manera inteligente, superando las restricciones humanas y expandiendo las posibilidades de resolver problemas complejos. Además, la inteligencia artificial ayuda a mejorar la calidad de vida, la salud, la educación, el ocio y el bienestar general de las personas. Sin embargo, también plantea incertidumbres y dilemas, como la pérdida de empleos, la responsabilidad, la transparencia, la confianza, la ética y la convivencia. La inteligencia artificial, junto con otras soluciones digital relevantes, son básicamente programas informáticos, es decir, instrucciones de código que se ejecutan en una computadora física. Actualmente, estas computadoras y las innovaciones en su diseño y funcionamiento están limitadas por las restricciones de los semiconductores. En los años venideros, surgirán nuevas computadoras que aprovecharán los fenómenos cuánticos de la materia, lo que provocará un cambio radical en el paradigma actual de la computación y un avance significativo en términos de rendimiento y tipo de procesamiento que podremos realizar. Se espera que el impacto en campos como la ciencia de materiales, la farmacología y la ingeniería química sea trascendental y desbloquee un futuro hasta ahora inalcanzable. De hecho, esta tecnología cuántica no solo se aplicará a la fabricación de computadoras, sino que también permitirá capturar comportamientos cuánticos de la materia en elementos críticos para nuestra comprensión actual del mundo digital. Entraremos entonces en la era de la Internet Cuántica, dando lugar a nuevos sistemas digitales. Sin embargo, este progreso plantea grandes desafíos debido a su importancia y al reemplazo de los mecanismos que garantizan una relación equitativa entre los humanos y la tecnología, especialmente en áreas como la criptografía y el impacto energético de estos nuevos sistemas de computación.
La sostenibilidad se refiere a las acciones necesarias en los campos económicos, sociales y medioambientales actuales para garantizar el futuro de las próximas generaciones. Significa que la innovación digital debe ser respetuosa con el medio ambiente, hacer un uso sensato de los recursos y promover la equidad social, la inclusión, la diversidad y la cohesión. La sostenibilidad, además de preservar el medioambiente, también implica que los beneficios de la innovación digital deben extenderse a la sociedad en general, no solo a individuos u organizaciones específicas, y deben promover la cultura, la creatividad, la democracia y los derechos humanos. Es importante destacar que los objetivos de sostenibilidad no son meros trámites para cumplir las normativas de la regulación si no pueden ofrecer oportunidades de negocio y de diferenciación en el mercado. Sin embargo, la sostenibilidad también plantea desafíos y tensiones, como la gobernanza, la regulación, la fiscalidad, la redistribución de recursos y el equilibrio entre competencia y cooperación.
Acompañando a los desarrollos sostenibles desde el primer momento, el Fairness se refiere a todas las acciones necesarias para asegurar que los avances tecnológicos sitúen a las personas, sus necesidades y ecosistemas en el núcleo de su desarrollo. Esto implica proporcionar herramientas que garanticen la seguridad, la privacidad, la transparencia, la dignidad, la igualdad, el empoderamiento y, en última instancia, los marcos éticos establecidos por las sociedades para asegurar una convivencia justa, equilibrada y universal. No es suficiente hacer realidad lo que es posible, sino saber qué es lo correcto hacer. Fairness implica que el avance de la tecnología debe ser ético, responsable, honesto y centrado en el ser humano, es decir, debe respetar los valores, los principios y los derechos de las personas y tener en cuenta las consecuencias e impactos de su uso y aplicación. Fairness también implica que la innovación digital debe ser inclusiva, libre de sesgos, accesible y diversa, promoviendo la participación, el acceso, la colaboración, la dignidad y el co-diseño de todos los actores involucrados, y reconociendo y valorando la pluralidad y la diversidad. Sin embargo, también plantea desafíos y conflictos, como la autonomía, la dignidad, la justicia, la equidad, la solidaridad y cómo todo esto afecta a la regulación del sector.
La innovación digital es un fenómeno que tiene un gran potencial para transformar el mundo en el que vivimos, generando oportunidades y desafíos para el desarrollo humano, social y económico. En este ensayo, se han analizado cuatro aspectos fundamentales que caracterizan y condicionan la innovación digital: la hiperconectividad, la inteligencia artificial, la sostenibilidad y el fairness. Estos aspectos no son independientes, sino que se relacionan e influyen mutuamente, configurando un escenario complejo y dinámico que requiere de una reflexión crítica y una acción responsable. Se ha argumentado que la innovación digital debe ser ética, sostenible, inclusiva y humana, y que debe tener en cuenta las necesidades, los valores y los derechos de las personas, la sociedad y el planeta. Se ha propuesto que la innovación digital debe ser un proceso colectivo, participativo y diverso, en el que todos los actores implicados puedan co-crear, co-diseñar y co-decidir el futuro que quieren y que merecen.
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