Instauradas ya las comunicaciones de calidad con Portugal, Bélgica, Inglaterra, Países Bajos, Alemania e Italia, el reto de la larga distancia nos pedía saltar a América. El 13 de octubre de 1928, el rey Alfonso XIII y el presidente de Estados Unidos, Calvin Coolidge inauguran el servicio entre estos dos países. Es la primera comunicación telefónica trasatlántica que utilizó todas las técnicas de transmisión posibles en el momento: hilo aéreo de cobre entre Madrid y Zaragoza, empleando la frecuencia ordinaria de la voz humana, para continuar hasta Versalles con alta frecuencia, y de allí hasta Boulogne por cable terrestre y cruzar el canal de la Mancha conectando con Londres. Ya desde Rugby en Reino Unido se emitió la voz por radio a través del Atlántico, que se recibió en la costa de Canadá y se transportó por cable hasta Washington.
En 1928 comienza la instalación de las estaciones previo pago, con las que según citaba la Revista Telefónica “Cualquier paseante de la calle a quien se le ocurra súbitamente telefonear a determinada persona puede hacerlo… En general, cualquier urgencia que nos suceda en la vía pública podemos resolverla mediante una estación telefónica de pago previo”. La primera de estas estaciones se colocó dentro de una vitrina en el Viena Park del parque del Retiro en Madrid. Sería la primera de las casi 100.000 cabinas y teléfonos públicos que poblarían España durante un siglo, siendo testigos de la Historia y de historias tristes y alegres, cómplices y guardianas de secretos, pero también en muchas ocasiones fueron las protagonistas de esas historias.
Además de establecerse la comunicación con Estados Unidos, este año es también el de la inauguración de la conexión telefónica con Cuba. Con un enlace aún más largo que el necesario para llegar a Washington –para llamar de Madrid a La Habana fueron necesarios casi 10.500 kilómetros y 39 repetidores para amplificar la voz a lo largo del recorrido-. En España, sigue la automatización. El 16 de septiembre de 1928 comenzó a prestarse el servicio automático en Barcelona, y antes de terminar el año lo tenían también Bilbao, Málaga, Sevilla y Valencia.
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